💕𝓢𝓸𝔂 𝓶𝓪𝓶𝓪 𝓭𝓮 𝓶𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓾𝓷𝓸: 𝓶𝓲 𝓬𝓸𝓻𝓪𝔃𝓸𝓷 𝓮𝓼𝓽𝓪 𝓭𝓲𝓿𝓲𝓭𝓲𝓭𝓸 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓶𝓾𝓵𝓽𝓲𝓹𝓵𝓲𝓬𝓪 𝓮𝓷 𝓪𝓶𝓸𝓻💕
Un día común, mirando facebook me detengo en leer algo que una clienta había escrito.Lo leí varias veces y el corazón se me estrujó.
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Me fui con mis pensamientos a cuando llegó mi segundo hijo. Mi alma hecha pedacitos cuando llegue a casa con mi bebé en brazos y ya nada era igual: Isa me miraba raro, estaba callada y por la noche no pude cantarle como siempre, ni acariciar sus piecitos porque en la cama éramos más y mi cuerpo aún no estaba tan entrenado.
Hay algo que pienso sobre #maternar, y es que principalmente tenemos que se honestas con nuestros sentimientos.
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Leer lo que @floriioviedo puso sobre sus sentimientos de puérpera me dieron ganas de decirle acá estoy, pase lo mismo que vos y es "normal" y vos podes con eso!
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Por eso le pedí exclusivamente que escriba algo sobre lo que sentía, porque lo mejor que podemos hacer por otras mamás es mostrar la #maternidadreal con todos sus grises. .
Y acá va...
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ᴇʟ ʟᴀᴅᴏ ʙ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ por
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Dos años después de tener a mí segundo hijo, llega la noticia de que estaba gestando a mí tercero. Yo creo que todos pensamos en que los hijos son las más hermosas de las bendiciones, pero como todo en esta vida, la maternidad tiene un lado B.
Ese lado que no brilla tanto, que los sentimientos bonitos por momentos quedan a un lado.
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El cuerpo vuelve a cambiar, vuelve a doler, la mente viaja a diez mil, los miedos y las dudas vuelven a aparecer pero a la vez tengo que seguir activa porque mi pequeñito de 2 años sigue jugando, y demandando con toda su energía y feliz, sin saber lo que está pasando. A la panza que le crece a mamá, prefiere llamarla pelota, por más que le explique que hay un bebé. Después comprendí que es la primer negación.
Pero el verdadero miedo comienza cuando el bebé está por nacer. Que lugar ocupará? Cómo va a reaccionar su hermanito? Lo querrá o no? Lo seguirá negando? Cómo se sentirá? Y cuando llega el momento, la felicidad del nacimiento de tu bebé, se mezcla con angustia, dolor y culpa por ver a su hermanito sufrir. Por hacerle falta las noches de internación. Por no poder estar al 100, aunque lo intente cada segundo. Intento entrar a la mente y al corazón de mí pequeño de 2 y en vez de enojarme ante ciertas actitudes, lo comprendo. Claro, para mamá es un dulce y tierno bebé, lo dice su mirada. Para mí, es un usurpador que me robó una parte de la habitación, un lugarcito en la cama de mamá y papá, que antes era solo mía. Las caricias y besos que antes me daban solo a mí. Me los está robando, si! me está robando a mí mamá y a mí papá que eran toditos míos! Entonces lloro, hago berrinche, me enojo. Con todo eso, les pido a gritos, que no se olviden de mí. Deseo con todas mis fuerzas que todo vuelva a ser como antes.
Mí alma se quiebra en miles de pedacitos. Aunque sé que pasará, el proceso es duro. Mis brazos, manos, piernas, ojos, labios y oídos, se multiplican junto a mis sentidos. Por ahí me veo dándole la teta a uno, teniendo upa en la otra pierna al otro. Amaco el coche con una pierna, mientras juego con peluches y autitos en el piso. Mis acciones siempre son dobles. Aunque sea un poco agotador se multiplica también mi amor. Nada es más satisfactorio que eso! Y al final del día suelto una que otra lágrima, viendo cómo duerme mí pequeño, un pequeño que está pasando un momento no muy lindo, pero que su corazón, su esencia y su ser son tan hermosos, que pasará, pronto pasará. Mientras, lo mimo, lo apapacho, lo acaricio y lo amo más y más!